Jordi Jaumà, el legado que nos deja

El viernes por la tarde cuando revisé el grupo de Whasapp de WJC2019, un grupo de profesionales que coincidimos en Oxford en un programa organizado por la Fundación Rafael del Pino, me encontré con un mensaje comunicando el fallecimiento inesperado de Jordi Jaumà, fundador y director de ‘Diario Responsable’.
<p>Foto de perfil de la cuenta de Twitter de Jordi Jaumà.</p>

Foto de perfil de la cuenta de Twitter de Jordi Jaumà.

Mi primera reacción fue de sorpresa e incredulidad, la tristeza vino más tarde. Toda muerte siempre tiene algo de repentino, pero esta nos pilló a todos totalmente desprevenidos. No estábamos preparados.  

Apenas hace unos días, Jordi nos había enviado al grupo uno de sus vídeos artesanales en los que nos mostraba desde la cama los progresos en la movilidad de su pierna izquierda.

Como todos sus mensajes, ese también estaba lleno de humor y naturalidad. Y con ese mismo sentido del humor le contestó un miembro del grupo: “Enhorabuena. ¡Vaya patadón!”.

Hace tan solo unos días las noticias que recibíamos de Jordi eran una invitación a la esperanza. Por eso su muerte nos resulta tan desconcertante.

No he tenido ocasión de tratar mucho a Jordi. Pese a trabajar en el mismo sector coincidimos muy poco. Tuvimos oportunidad de conocernos un poco más durante el curso en Oxford. Después, como el resto de compañeros, leía semanalmente sus mensajes de Whasapp, pues Jordi era, con gran diferencia, el motor del grupo.

Resulta inevitable referirse al accidente de moto de Jordi y la negligencia médica que le causó la parálisis en las piernas. Como él solía decir: “entré en el quirófano andando y salí en silla de ruedas”. Lo comentaba con naturalidad, sin darle importancia, aunque objetivamente la tenía, y mucha. Pero su intención era quitarle hierro a su situación evitando todo atisbo de dramatismo. Por eso era el que más hablaba, el que más chistes contaba y el que más iniciativas proponía.

Como digo, no le he tratado mucho, pero en esos breves encuentros y mensajes llegué a conocerle, apreciarle y admirarle. En realidad, para conocer a fondo a una persona no se necesita acumular mucha información sobre su vida sino captar el sentido que imprime a la misma. En el caso de Jordi sus actos tenían grabado el optimismo, la alegría y la confianza.

Su revista, Diario Responsable (DR), es un buen ejemplo de ese carácter optimista. Nació casi al mismo tiempo que Revista Haz (CE), con unos meses de diferencia. En muy poco tiempo, con su empuje y entusiasmo, consiguió abrir un hueco en nuestro país en el ámbito de la responsabilidad social corporativa (RSC).

Ahora la RSC está en boca de todo el mundo, pero en el 2007 era un contenido esotérico, reservado solo para algunos especialistas y un puñado de idealistas. Jordi supo diagnosticar el futuro y fundó DR, una revista que se adelantó a su tiempo.

Ahora la RSC está en boca de todo el mundo, pero en el 2007 era un contenido esotérico, reservado solo para algunos especialistas y un puñado de idealistas como Jordi.

DR es como Jordi: una medio vitalista, con un enfoque positivo, que busca construir más que criticar, sumar más que restar. DR es un proyecto muy personal, pero de una persona que no le gustaba hacer el camino solo, sino acompañado siempre de un grupo de amigos, ¡sobre todo de amigas!; un grupo que cada año iba creciendo, porque en el corazón de Jordi cabía y cabe todo el mundo: los que piensan igual y los que piensan diferente. Lo importante es ir de la mano.

El legado de Jordi Jaumà

Cuando alguien que estimamos fallece, es natural que nos preguntemos qué nos deja, pues esa herencia nos ayuda a tenerlo presente y mantener su recuerdo vivo. A mí me parece que en estos tiempos de crisis, tan extraños, lo que nos lega Jordi es muy importante.

Jordi dedicó gran parte de su vida a reflexionar cómo debía ser la empresa responsable, y está crisis nos está ofreciendo una gran oportunidad para repensarla.

Hace poco leía al respecto un libro con el pretencioso título de La organización del futuro, donde cerca de cuarenta gurús, expertos en RSC, intentaban describir las características que tendrá esa empresa en unos años. Mi impresión, tras leer el libro, es que el futuro sigue disfrutando de la misma salud e incertidumbre que siempre.

Quizás el problema se encuentre, como suele ser habitual, en querer diseñar la organización ideal, cuando lo cierto es que ni existe ni existirá más que en el presente y, si es licito hablar de la organización ideal, esta será aquella que mejores disposiciones tenga frente al futuro mismo, sea el que fuere.

Ahora bien, el futuro se puede esperar, y nos guste o no siempre tendremos que esperar, con temor o con confianza. Si tal cosa es cierta, parece que por encima de cualquiera de las notas de esa ‘organización del futuro’ (más plana, más pequeña, más igualitaria, más comprometida…), el factor más crítico va a venir determinado por algo tan simple como la capacidad para generar confianza en los demás.

La empresa y, sobre todo, los empresarios se pueden caracterizar de muchas maneras, pero hay algunas particularidades que siempre les acompañan. El empresario es el que emprende, el que arriesga, el que sabe descubrir oportunidades donde otros perciben amenazas. Es decir, el empresario es el que confía en el futuro.

Podemos tener la tentación de pensar que la aportación y la influencia más importante de un periodista es la que realiza a través de sus artículos. Eso puede ser cierto en algunos casos, pero no siempre. Hay personas que proyectan luz con su ejemplo y con su confianza para encarar la vida, cualesquiera que sean las circunstancias, positivas o adversas.

En tiempos de incertidumbre la luz no suele llegar de grandes teorías y conceptos sino del ejemplo que proyectan esas personas. Luz, que como en caso de Jordi, se extiende mucho más allá del lapso de tiempo que le fue dado en la tierra.

Comentarios

  1. Jordi fue profesor mío en el Master en RSE de la UAH de Madrid 2007/2008. Fue una persona sumamente coherente con lo que pregonaba en lo humano y quien me permitió hacer mis primeros artículos en DR desde Argentina. Si bien no pensábamos igual, aprecié estos atributos en él. Los que somos cristianos sabemos que estamos aquí de paso para cumplir con un propósito. El de Jordi quedó muy claro a los ojos de muchos. Q.E.P.D.