Novagob 2020 o el impulso de la comunidad

La pandemia nos viene dejando una enorme lista de cambios en los hábitos de nuestra vida, de nuestros trabajos, de nuestras relaciones personales y familiares, incluso en el ámbito doméstico. En un escenario en el que todo se ve afectado por la covid-19, la celebración de eventos no es inmune al virus y se está adaptando a esta nueva situación de distintas maneras, ya sea a través de soluciones íntegramente telemáticas, semipresenciales o presenciales con limitaciones. En cualquiera de ellas y en el contexto actual, la colaboración es una parte imprescindible del tratamiento para la recuperación.

El Congreso Novagob 2020 sigue adelante. Así se titulaba una noticia publicada en la web de Novagob el pasado 31 de agosto, que fue la espoleta que desató una serie de reacciones en cadena dirigidas al mismo fin: apoyar de manera decidida un evento que se ha convertido, por derecho propio, en una referencia nacional en el escenario de la innovación pública, y cuya celebración estaba, como tantas otras iniciativas, cargada de incertidumbres.

La primera reacción fue la de las personas que componen la comunidad Novagob, que mostraron un apoyo inmediato a la iniciativa. Pero su apoyo y su participación no empieza aquí, sino que se remonta a unos meses antes, a principios de año, cuando se buscaron los 50 retos Novagob 2020 que servirían para definir las temáticas que se abordarían durante la celebración del Congreso.

La participación continuó cuando se inició el debate en la Red Social de Novagob para recibir aportaciones para diseñar colaborativamente #Novagob2020, una práctica ya arraigada en la red social. En este proceso las personas que componen la red social pueden realizar sus aportaciones sobre posibles temáticas, formatos, ponentes o ideas innovadoras para que participen o se reproduzcan en el transcurso del Congreso de ese año.

En febrero, poco antes de que todo se viera alterado, se anunciaba la que sería la sede del Congreso de 2020, Málaga. Apenas unas semanas después, la realidad derivada de la crisis sanitaria detuvo en seco muchos proyectos.

Pero no así la comunidad Novagob, que se mostró especialmente activa durante el estado de alarma y las semanas de confinamiento, en las que surgieron iniciativas como la wikigob sobre recursos para afrontar la covid-19, en la que se compartían textos normativos que sucedían a una velocidad vertiginosa las primeras semanas, y webs públicas que podían servir de apoyo a las personas empleadas públicas que estaban prestando servicios, en la mayoría de casos, de manera remota.

También se sucedieron interesantes debates sobre el teletrabajo o sobre cuestiones legislativas, y se lanzó la iniciativa de los retos para los 50 días de confinamiento, que se desarrollaron posteriormente con ideas concretas.

La red social mantiene por tanto dos de sus funciones principales a lo largo de estos años. Por un lado, es un pilar imprescindible para el diseño del Congreso gracias a la participación de la comunidad Novagob, y por otro, se presenta como un punto de encuentro y de referencia para buscar respuestas, activando la motivación y la colaboración entre las personas preocupadas por la mejora de los servicios y administraciones públicas, fundamentales en momentos como los que estamos viviendo.

Apoyo público y privado

La segunda reacción fue la de las instituciones y entidades que brindan su apoyo para la celebración del evento. De manera inmediata, el Instituto Andaluz de Administración Pública (IAAP), la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y la Fundación Democracia y Gobierno Local anunciaron que mantienen su impulso como entidades coorganizadoras del Congreso.

A ellas se suman un buen número de entidades privadas que aportan su patrocinio para contribuir a que la rueda de la innovación siga girando. Entre ellas hay varias que repiten de ediciones anteriores y otras que se incorporan por primera vez.

Novagob es un punto de encuentro y de referencia para buscar respuestas, activando la motivación y la colaboración entre las personas preocupadas por la mejora de los servicios y administraciones públicas, fundamentales en momentos como los que estamos viviendo.

En este punto hay que destacar una idea, un elemento común que las une: su adhesión a un proyecto en construcción, sobre el que había dudas respecto a aspectos tan importantes como el formato de celebración (semipresencial, virtual). Aquí, la palabra clave tal vez sea confianza. Confianza en un proyecto, en una trayectoria, en una visión compartida cuyo camino debemos transitar juntos.

La tercera reacción fue la de las entidades colaboradoras y media partners (entre las que se encuentra Revista Haz), todas ellas necesarias no solo para ayudar a la difusión del Congreso, sino también para crear comunidad fuera de la red social, y para alcanzar ámbitos en los que puede desarrollarse el ecosistema Novagob.

Por último, la cuarta reacción es la de las personas ponentes. Comparten el conocimiento, la clave de bóveda de cualquier congreso en cualquier disciplina, y aportan el prestigio que hace que, cada año, incluso en las circunstancias más adversas como en este, sean capaces de hacer que se reproduzcan iterativamente reacciones en cadena que permiten celebrar un evento capaz de reunir, como en la última edición en Sevilla, a más de mil trescientas personas en torno a la innovación pública.

Cuatro ruedas que giran en la misma dirección para aportar visiones, ideas y soluciones comunes para afrontar los pequeños y grandes problemas del día a día y del futuro de las Administraciones.

Contribuciones para superar, en definitiva, retos que son globales: la mejora de los servicios públicos; la inclusión de todas las personas como principio ineludible a la hora de plantear cómo superar la pandemia y repensar el día después; la administración fácil como vehículo que rebaje las dificultades de las personas en sus relaciones con la Administración, una cuestión especialmente relevante en tiempos de emergencia social y necesidades perentorias; la Administración abierta, en la que no solo quepan, sino que contribuyan con sus ideas, todas las personas y entidades que quieran hacerlo.

Nos encontramos en un momento en que la fuerza de la colaboración y la exigencia de remar todos juntos se hacen más necesarias que nunca. Este principio, que lo debemos aplicar en las cuestiones más trascendentes, como las relacionadas con la salvaguarda de la vida y de la salud y la lucha por la mejora de las condiciones vitales de las personas, también podemos aplicarlas en ámbitos menos importantes, pero cuyo propósito es contribuir, aportando sus granos de arena, a la consecución de aquellos fines.

Necesitamos a toda la tribu. Y afortunadamente, un año más, Novagob 2020 demuestra que cuenta con toda su comunidad. Gracias a ella, lo que podía parecer hace unos meses un salto al vacío se queda en un apasionante salto con red, un salto con la seguridad de que hay una tribu que estará apoyando.

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