Bant Breen: cuando la ayuda contra la COVID-19 no conoce fronteras

Bant Breen vive actualmente en Nueva York, pero su unión a España le ha llevado a recaudar fondos para luchar contra la COVID-19 en nuestro país.

Estas dos últimas semanas hemos sido testigos de la movilización de mucha gente para colaborar de mil formas diversas a paliar los terribles efectos de la pandemia. Muchas de esas iniciativas nos han conmovido y también ayudado a sobrellevar con más optimismo nuestro aislamiento forzado.

La mayoría de las iniciativas, sin embargo, tienen origen local y han surgido para atender necesidades también locales. Es natural que sea así, pero será difícil que detengamos la pandemia si no somos capaces de mirar más allá de nuestro entorno más próximo.

Necesitamos ejemplos e iniciativas de colaboración que sean capaces de traspasar las fronteras geográficas y, sobre todo, los lindes mentales levantados por una visión demasiado egoísta y cortoplacista.

Bant Breen es uno de esos ejemplos. No es un político, ni una celebrity. Es una persona normal, como usted y como yo, pero que ha sabido elevar su mirada más allá de sus cuatro paredes.

Bant vive actualmente en Nueva York, junto a su esposa Carmen y sus dos hijos, Alejandro y Nico. Nueva York comparte junto con Madrid, y otras ciudades del norte de Italia, la triste desgracia de ser unas de las urbes más golpeadas por el COVID-19.

Hace tan solo unos días escuchábamos el testimonio de la Dra. Colleen Smith, médico en la UVI del Hospital de Elmhurst, en Nueva York. La Dra. Smith, a 6.000 kilómetros de distancia, resumía en una frase,“is too little too late”, la frustración y desesperación que viven la mayoría de los médicos y el personal sanitario en los hospitales de Nueva York ante la falta de medios para luchar contra la pandemia. Nada que no nos suene.

Bant, como mucha gente preocupada por la situación decidió el pasado miércoles poner su granito arena y lanzar una campaña para solicitar fondos a través de la plataforma Gofundme. Este gesto no tendría nada de sorprendente sino fuese por el hecho de que la petición la dirigió a solicitar ayuda para España.  

España –escribe Bant–  se enfrenta a enormes desafíos para derrotar al coronavirus. Justo hoy,  ha tenido más muertes por la pandemia de coronavirus que cualquier otro país, excepto Italia, y las autoridades han advertido que aún no se ha alcanzado el pico de su brote.

Mi vida está profundamente entrelazada con España. Mi esposa Carmen es de Córdoba, (Andalucía). Hice mi doctorado en Barcelona, y mi empresa, Qnary, tiene su sede en esa ciudad. En resumen, amo descaradamente la gente, la cultura, la comida y la vida de España.

Hago un llamamiento a todos los amigos y expatriados de España para que colaboren en este momento de tremenda necesidad para ayudar a enviar suministros de primera necesidad a médicos, enfermeras, trabajadores en residencias de ancianos y muchas otras personas que luchan contra la propagación de COVID-19.

Sé que todos nosotros enfrentamos nuestras propias dificultades con este desafío global, pero la situación en España es grave y simplemente no disponen de los recursos necesarios. El fondo [para el que solicitamos dinero] proporcionará mascarillas y material a las personas que necesitan urgentemente estos suministros en España.

Gracias por su generosidad y amabilidad al ayudar y apoyar a un país en el que seguro que muchos de ustedes tienen familiares y atesoran grandes recuerdos.

Un saludo muy cordial.

La naturaleza de la pandemia no conoce fronteras, forma parte de su dinamismo el no detenerse ante ningún linde. Por esa razón cualquier remedio para contenerla ha de ser necesariamente global y, lo cierto, es que hasta la fecha no hemos avanzado mucho en logros concretos a la hora de diseñar planes y acciones conjuntas de ayuda que traspasasen las fronteras regionales o nacionales.

Ayer mismo Jaques Delors, el antiguo presidente de la Comisión Europa, criticaba la falta de unión ante la crisis y avisaba que la UE sin solidaridad corre un peligro mortal. En efecto, el coronavirus no solo tiene capacidad para terminar con las vidas de miles de ciudadanos europeos sino también conlleva el riesgo de contagiar mortalmente la cohesión europea.

De esta crisis puede surgir una Europa más fuerte y más unida, pero existe un riesgo real de que no sea así si los ciudadanos europeos no perciben que esta Unión es algo más que una partida de póker en la que cada jugador intenta ganar su mano.

Por esa razón gestos como los de Bant Breen forman parte de esas ‘otras vacunas’ del coronavirus.

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